Alimentación del Delfín

Los delfines (Delphinidae) son animales carnívoros que basan su dieta en una gran variedad de presas, en dependencia del medio donde se encuentren. La mayoría de las investigaciones realizadas hasta la fecha sobre este hecho, se han basado mayormente en el análisis del estómago de los ejemplares muertos, ya que generalmente, los delfines se alimentan bajo el agua a grandes profundidades, lo que dificulta las investigaciones.

Al mismo tiempo, la información obtenida a partir de ejemplares en cautiverio también ha permitido establecer nuevos datos sobre los hábitos alimenticios de estos mamíferos acuáticos, aunque algunos investigadores sostienen que este tipo de costumbres podría ser totalmente diferente en su estado natural.

Aun así, las evidencias recogidas nos permiten conocer que los delfines basan su dieta principalmente en el consumo de peces, moluscos y pequeños pulpos e invertebrados. Evidentemente, el alimento disponible estará en dependencia de la época del año y la región del planeta donde se encuentren, algo en lo que las capacidades adaptativas del delfín juegan un papel fundamental.

 

 

 

 

 

¿Cómo se produce la alimentación?

Durante los primeros meses en la vida de un delfín, la leche materna (rica en grasas y proteínas) se volverá su único alimento, algo que complementará a los dos meses o al año, en dependencia de la especie, con otros alimentos que aprenderá a cazar por sí solo.

Una vez que se ha convertido en un ejemplar adulto, el delfín poseerá un par de mandíbulas potentes, acompañadas por una fila de piezas dentales en cada mandíbula (entre 50 y 100 según la especie) que, aunque son afiladas y fuertes, no las utilizará para masticar, sino para atrapar eficazmente a sus presas y desgarrarlas con facilidad.

Evidentemente, esta característica les permite engullir piezas enteras de alimentos de un solo bocado, apoyados por los músculos de la parte posterior de su lengua, lo que les permite expulsar el agua saldada y tragar los peces. Aquí también podemos encontrar una curiosidad, ya que los delfines, generalmente, devoran a sus presas comenzando por la cabeza. De esta manera, y mientras tragan, no tendrán que lastimarse con las aletas y las espinas dorsales de la presa.

En términos generales, un delfín adulto podrá devorar presas de más de 5 kilogramos, mientras los ejemplares en pleno estado de desarrollo preferirán alimentos más pequeños. En este sentido, una característica común a todas las especies del género Delphinidae, es que necesitarán comer hasta un 10% de su peso corporal a diario para poder sobrevivir.

Estrategias de caza

Como es sabido, los delfines cazan en grupo, una habilidad que les permite trazar estrategias bien elaboradas e infalibles, como es el caso de la “esfera de peces”. Para esta técnica, los delfines nadan alrededor de un cardumen de peces, moldeando el grupo hasta conseguir la forma de una esfera gigante, la cual atravesarán nadando a gran velocidad para conseguir la mayor cantidad de peces. Por otro lado, los delfines también pueden utilizar su sistema de ecolocalización para “aturdir” o “confundir” a sus presas y atraparlas con mayor facilidad. 

¿Cómo pueden alimentarse a tan bajas profundidades?

En efecto, los delfines son capaces de descender hasta 100 metros para obtener su comida, un rasgo que también podemos ver en los delfines de agua dulce o delfines de río. Aun así, resulta curioso cómo estos animales pueden guiarse en ambientes tan profundos donde la iluminación es bastante escasa o nula. La respuesta, sin embargo, se encuentra en el poderoso sentido de ecolocalización que poseen estos animales. Al emitir ondas sonoras y recibir su eco, los delfines pueden interpretar el medio que les rodea y obtener información precisa sobre sus presas. Incluso, algunas especies como el Delfin del Ganges, son completamente ciegas, lo que nos da una medida de la eficacia de este sentido de ecolocalización.

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